Más allá de la estética, un implante dental puede generar que una persona con espacios entre los dientes o la pérdida de los mismos, logre sonreír de nuevo, con más confianza, seguridad y su autoestima aumente considerablemente. Este tratamiento, también facilita la tarea de comer y hablar, ya que se siente y se ve como un diente normal.

¿En qué consiste?

Los implantes son elementos metálicos que se ubican quirúrgicamente en los huesos maxilares, debajo de las encías. Una vez colocados en el lugar, se procede a colocar sobre ellos las coronas o puentes fijos que reemplazarán a las piezas dentarias perdidas. A lo largo del tiempo, el implante se fusiona con el hueso mandibular, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales.

Uno de los muchos beneficios de este tratamiento es que es una excelente alternativa de las dentaduras o prótesis que no se fijan bien por falta de raíz.

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