Todo mundo habla de lo importante que es la salud bucal, todos sabemos que esto sería imposible sin el cepillo de dientes, pero ¿de dónde viene ese instrumento tan útil y simple?
El ser humano a través de la historia se ha dado cuenta de lo importante que es su dentadura para el diario vivir. No por gusto las grandes civilizaciones han encontrado formas interesantes para cuidar sus dientes y adornarlos, que van de lo curioso a lo extravagante.
Desde el Imperio Romano, pasando por los Mayas y terminando por las grandes dinastías chinas, el cuidado dental ha sido una constante evolución al punto que los dentistas eran tomados como parte importante de la corte imperial y sus servicios eran muy cotizados.
La historia de la odontología es la historia del progreso y de la buena salud, ahora gozamos de muchas opciones para cuidar nuestra dentadura y esto se ha expandido por todo el mundo y muchas compañías que se dedican a ello, siguen investigando para ofrecer mejores opciones que den más vida a nuestros dientes.
Lo básico que se debe tener es un cepillo dental. Este trabaja a partir de la remoción mecánica de restos de comida de nuestros dientes. Su diseño ha ido cambiando conforme la historia, el primer cepillo de dientes del que se tiene noticia fue documentado en el siglo XV a unos monjes budistas chinos.
Estaba hecho de cerdas de crin de jabalí montadas en un hueso y su dureza otorgaba una forma efectiva de quitar los restos de comida, no sin cierto daño a las encías. Pero vamos, cualquier cosa es buena comparada con un dolor de muelas ¿verdad?
El primer cepillo milagroso (así fue comercializado en Estados Unidos) data de 1938 y contenía las primeras cerdas de nylon, este fue inventado en 1930 por la compañía DuPont y sus beneficios reemplazaron los antiguos cepillos de cerdas naturales, porque eran más fáciles de limpiar, eran antibacteriales y se secaban más rápido.
Este fue entonces el el material elegido para seguir fabricándolos hasta la fecha, los cepillos de dientes ahora se pueden consiguen en tres durezas distintas que serán aplicadas dependiendo de la salud dental de cada paciente.
Si se tiene una salud bucal óptima, se utiliza el de cerdas duras, que ayuda a limpiar los dientes más rápido y en menos tiempo. Siempre hay que tener cuidado de no cepillar muy fuerte para evitar lesiones en las encías.
Mientras que si usa el de cerdas de dureza mediana, es para todos aquellos que tienen pequeñas lesiones que pueden sangrar, o sensibilidad alta a la fricción en las encías. Este nivel de dureza es el más extendido en el mundo.
El cepillo suave, es recomendado para todo aquella persona que recién haya salido de alguna cirugía dental y/o padezca de sangrado de encías, o sea, gingivitis. La función de este es remover la mayor cantidad de restos alimenticios, sin dañar excesivamente el epitelio bucal.
Ahora, entre las variantes de cepillos dentales, además del común y corriente, tenemos el cepillo eléctrico que por medio de vibraciones ayuda a remover la placa bacteriana, también los cepillos interdentales, especialmente útiles cuando se tiene ortodoncia y recientemente, los cepillos masticables, que son desechables y muy prácticos cuando se viaja.
SONRÍE CON ESTOS CONSEJOS DE TU CLÍNICA AMIGA 🙂
- La vida media de un cepillo de cerdas duras es de tres meses.
- La vida media de un cepillo mediano, es de dos meses.
- La vida media de un cepillo suave es de un mes.
- El cepillado de dientes no garantiza la salud dental al 100%, recuerda usar hilo dental y enjuague bucal.
- ¿Qué tipo de cepillo necesitas?
- Visítanos y te una asesoría completa para ayudarte a tener medalla de oro en dientes sanos 😀